
Autor José Luis Castillejos Ambrocio Poesía dedicada al poeta Javier Sicilia Cuando un poeta deja de escribir el viento se queda sin palabras, las ramas de los árboles que se desgañitan no tienen a quien dejarle sus sonidos, las alas de las mariposas se desvanecen, el frío se entumece entre las piedras, el llanto es acallado, el niño ya no grita, la mujer que da a luz queda silente, el alma muere, muere Dios. Cuando un poeta deja de escribir se van las palabras, la tristeza es tal que no hay forma de narrarlas, no hay frases lapidarias, no hay estrellas en el ocaso, el mar ya no murmura con sus olas, el embravecido potro ya no relincha y es que no hay quien recoja esos sonidos, esas palabras, esas dichas y desdichas. cuando un poeta deja de escribir, muere… Esa es la decisión de Javier Sicilia quien dejó escribir poesía una mañana cuando el dolor le caló hondo y lo desbordó la indignación por la muerte de su hijo. Es un padre huérfano de su hijo y tiene razón de estar hasta la madre de la violencia y que el infortunio ahora haya tocado a sus puertas. Efectivamente, Javier tiene el alma rota, el corazón destrozado y en protesta nos deja huérfanos de su poesía, nos quita lo único que nos une a quienes amamos la vida a quienes vemos a los hijos del mañana y a quienes le robamos hojas al viento, a quienes nos desgañitamos a diario haciendo versos en tanto otros entonan la violencia. Comprendo, mi estimado Javier, ese luto, ese luto en el alma, haremos el intento de transmitir lo que miras, lo que sienten tus párpados caídos de tanto llorar, intentaremos, los que intentamos escribir, develar los misterios de la vida, mientras reposas ese corazón marchito, afectado, dañado, herido. Cuando un poeta deja de escribir, la vida se queda sin palabras. Ciudad de Lima, Perú, 5 de Abril del 2011. joseluiscastillejos@gmail.com